miércoles, 7 de noviembre de 2012

Declaración conjunta de Partidos Comunistas y Obreros ante el 95 aniversario de la Gran Revolución Socialista de Octubre


El Gran Octubre de 1917 y los posteriores acontecimientos históricos han avalado la corrección de la teoría marxista-leninista relativa a la inevitabilidad del derrocamiento revolucionario de la dictadura de la clase burguesa y el establecimiento de la dictadura de proletariado, contemplando su victoria en la lucha de clases contra el capital y la exitosa construcción y desarrollo del socialismo como primera fase del comunismo, con el objetivo de lograr erradicar por completo la división de la sociedad en clases, la salvaguarda de la completa prosperidad y el libre desarrollo multifacético de todos los miembros de la sociedad. La lucha por las reformas sociales en el marco del capitalismo y la lucha parlamentaria son formas subordinadas de lucha de clases para el establecimiento revolucionario de la dictadura del proletariado y por sí mismas no llevarán a cambios en el sistema socio.-económico.

La vía al socialismo, que la Comuna de París fue la primera en seguir, es una vía pionera. La teoría del comunismo científico y la práctica de la construcción y desarrollo del socialismo en el siglo XX han demostrado recurrentemente que el poder que se establece tras la victoria de la revolución socialista no puede en esencia ser otra cosa que la dictadura del proletariado, de la clase obrera. La dictadura del proletariado es la esencia del estado socialista. Su forma, como la experiencia de la construcción, desarrollo y derrota temporal del socialismo en la URSS ha demostrado, no es la democracia parlamentaria sino la democracia soviética, en la que las unidades electorales básicas no son áreas geográficas sino las fábricas. Esto salvaguarda los estrechos lazos del estado con las masas obreras, la facilidad y la aplicación práctica de la revocación por los trabajadores de los empleados públicos que no colman sus expectativas.

El poder obrero o socialista, independientemente de cómo se llamen los órganos de poder, está formado por colectivos de obreros y no sobre una base geográfica, y es la forma organizativa de la dictadura del proletariado. Como los soviets en la URSS, las formas futuras de organización del poder obrero expresarán la dictadura del proletariado porque su formación y su trabajo se basarán en la realidad objetiva, en la organización de los trabajadores en el proceso de producción social. Estos órganos de poder, que son elegidos por los colectivos obreros, funcionan como una red unificada y garantizan el carácter del estado como un estado de la clase obrera, el control del mantenimiento de su carácter de clase en nombre de la clase obrera, de los trabajadores. La formación de órganos de poder socialista fuera de los colectivos obreros, independientemente de su nombre, resulta en formas temporales e inestables como demuestra la misma experiencia de la Unión Soviética, que a mediados de los años 30 procedió a la elección de los órganos sobre una base geográfica.

La experiencia de la URSS demostró el papel irreemplazable de la vanguardia revolucionaria del partido de la clase obrera como fuerza dirigente en la construcción y el desarrollo de la nueva sociedad. La teoría leninista sobre el partido mantiene intacta su significancia. La experiencia ha confirmado la posición leninista de que no puede haber ningún movimiento revolucionario sin un partido revolucionario. Tal partido fue el partido bolchevique, el partido de Lenin. Muchos problemas fundamentales y particularmente serios, que ningún país capitalista puede resolver completamente, fueron resueltos en la URSS bajo su dirección. Esto fue confirmado con la experiencia de los partidos hermanos de los países de la comunidad socialista. En particular, resolvieron el problema del pleno empleo, garantizaron la educación gratuita, la atención médica, la utilización de los logros de la ciencia y la cultura. En la URSS la vivienda, las instalaciones públicas, el transporte, etc., eran casi gratuitos. No sólo se satisfacían las necesidades básicas materiales y mentales de todos los miembros de la sociedad, sino que también se crearon las condiciones para el desarrollo multifacético y el perfeccionamiento de la personalidad humana. Ningún país capitalista ofrece tanta seguridad al pueblo como lo hizo la Unión Soviética socialista.

Además, la experiencia de la URSS demostró convincentemente que la base económica de la concreción, fortalecimiento y desarrollo del poder soviético como forma organizativa de la dictadura del proletariado es la propiedad social de los medios de producción, la producción social directa planificada y organizada, la producción de valores de uso con el objetivo de garantizar la plena prosperidad y el libre desarrollo multifacético de todos los miembros de la sociedad.

El objetivo de la producción socialista no es incrementar el valor de sí misma, ni el de la plusvalía, sino garantizar la prosperidad y el desarrollo multifacético de todos los miembros de la sociedad. La renuncia a este objetivo, la orientación de mercado, lleva a la disolución del socialismo ya que, según los principios, la economía de mercado basada en las mercancías no puede servir como base económica de la dictadura del proletariado. La economía universal basada en las mercancías es el capitalismo, la base de la dictadura de la burguesía.

La necesidad de la clase obrera de un estado se determina por la necesidad de oprimir a sus enemigos de clase y organizar las nuevas relaciones de producción. Por esta razón el estado socialista, según Lenin, ya es un semi-estado que tiene que luchar contra la actitud pequeño-burguesa del resto de fuerzas y tradiciones de la sociedad burguesa. El estado obrero sólo desaparecerá cuando las metas finales de los comunistas se alcancen: con la completa erradicación de las clases en el curso del desarrollo socialista, con el desarrollo del socialismo en pleno comunismo, con la erradicación de la amenaza de agresión por el capitalismo, no desde dentro del país, sino también desde fuera.

La mutación política e ideológica de los más altos órganos del partido y del estado llevó a la revisión del marxismo-leninismo en el 20 Congreso del PCUS y luego en el 22 Congreso. El PCUS renunció al elemento fundamental del marxismo, la dictadura del proletariado, y proclamó el “estado de todo el pueblo”, que evolucionó hacia el denominado concepto de socialismo desarrollado y la política de la “perestroika”. La renuncia principalmente de los principios básicos del comunismo en la teoría y en la práctica llevó a la contrarrevolución y, con el apoyo del imperialismo internacional, al derrocamiento del socialismo en la Unión Soviética, a su disolución y a la restauración del capitalismo en los estados que se formaron en su territorio.

No obstante, el rumbo de la historia puede ser revertido en uno u otro país, pero no puede detenerse. El carácter social de la producción, que se profundiza y fortalece constantemente, está en grave contradicción con la apropiación privada capitalista. Como resultado de esta contradicción, todas las contradicciones económicas y políticas del capitalismo se están agudizando. Por esta razón, los comunistas declaramos sólidamente que la revolución no puede detenerse. ¡A la contrarrevolución le seguirá la revolución!

La agresividad imperialista está siendo fortalecida por la agudización de las contradicciones imperialistas por el control de los recursos naturales y las rutas de transporte de energía. La burguesía de cada país busca reforzar su posición e intensifica el ataque contra la clase obrera y los sectores populares pobres. Sus armas ideológicas son las teorías neoliberales y socialdemócratas del pacto social, la colaboración de clases, la paz social y el agotamiento de las posibilidades para la realización de la revolución. Este arsenal se ve complementado por el revisionismo y el oportunismo, que se han desarrollado en el movimiento comunista internacional.

Pero la humanidad no se puede desarrollar ni hacer progresos sobre la base de la producción que se basa en la propiedad privada. Las vidas y el desarrollo del pueblo no pueden restringirse por la escala de la propiedad o el deseo de un grupo de gente por ser dominante, por hacer de los otros sus siervos. Los comunistas declaramos lo siguiente a todo el mundo, en respuesta a la consigna burguesa sobre la “democracia global”: Sólo la lucha contra el imperialismo en la perspectiva de la construcción del socialismo y su pleno desarrollo en comunismo, sólo el rumbo que se inició por la Gran Revolución Socialista de Octubre, es el camino que llevará a la humanidad a la abolición de la explotación del hombre por el hombre, a la satisfacción de las necesidades actuales de las personas.

La reorganización del movimiento comunista internacional, la salida de la actual situación de crisis y retirada, la formación de una estrategia unificada sobre la base del marxismo-leninismo y del internacionalismo proletario son una tarea inmediata, cuya resolución es una exigencia de las actuales condiciones de lucha contra la unión global del capital. La lucha internacional antiimperialista y contra la guerra es importante para el movimiento comunista hoy. Al mismo tiempo, una de las tareas básicas es la lucha implacable contra el oportunismo y el revisionismo en todas sus formas, que constituyen el principal peligro para el movimiento comunista.

Las revoluciones no tienen límites, no se llevan a cabo según la voluntad de los líderes y los partidos, sino que expresan la tendencia superior de toda clase progresista de que las gentes oprimidas y explotadas se beneficien de los productos de su trabajo, del desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad, la creación de valores intelectuales y materiales para todos.


¡Las grandes ideas y obra del Gran Octubre deben pervivir durante siglos!

¡Trabajadores y gentes explotadas y oprimidas, levantaos y luchad!


¡Viva la Revolución Socialista!


¡Proletarios de todos los países, uníos!



Firmado por los siguientes partidos

PC de Acerbaiyán

PC de Grecia

PC Obrero Húngaro

Partido Socialista de Letonia

PC de México

PC Obrero Ruso – Partido Revolucionario de los Comunistas

PC de la Unión Soviética

PC de los Pueblos de España

PC Sirio

PC de Tayikistán

Unión de Comunistas de Ucrania

martes, 6 de noviembre de 2012

¿Que es la Pequeñoburguesia?


Es una clase social formada por aquellos que trabajan con sus propios medios de producción sin explotar fuerza de trabajo ajena.

La pequeña burguesía es una clase intermedia ente el proletariado y la burguesía. Intenta escalar hacia la burguesía acumulando e incorporando mano de obra pero padece la competencia desigual de capitales más fuertes que la relegan a una función económica marginal y la arruinan, corriendo el riesgo de proletarizarse.

Este sector social ya no desempeña el importante papel que tuvo en épocas anteriores, antes de la entrada del capitalismo en su fase monopolista, donde sus partidos políticos disponían de fuertes posiciones políticas. Por eso en los países monopolistas tratan de ganar para su causa a los trabajadores adoptando un lenguaje seudosocialista e incluso izquierdista.

Para la lucha contra el monopolismo, dado el enfrentamiento de la pequeña burguesía con él, es muy importante que el partido comunista sepa ganarse a esta clase, cuidando no obstante de preservar la dirección de la lucha.

Extraído de Antorcha.org (censurada)

sábado, 3 de noviembre de 2012

Declaración de Partidos Comunistas ante las elecciones en EEUU



Frente a las elecciones presidenciales en los EEUU –país que ocupa un lugar en la cúspide del imperialismo y en las organizaciones y uniones imperialistas (OTAN, FMI, BM, etc.)- los partidos comunistas y obreros, que signamos, expresamos lo siguiente.

La crisis económica del capitalismo marca las elecciones: desvalorización del trabajo, desempleo, descenso del nivel de vida de la clase obrera y de los migrantes, incremento del discurso y los ataques racistas y peligrosa tendencia a la guerra.

Entre los candidatos del Partido Demócrata y del Partido Republicano, Obama y Romney se expresan disputas intermonopolistas y contradicciones en la gestión del capitalismo y la crisis, pero ninguno de ellos es alternativa para la clase obrera y las capas medias; Ambos tienen el apoyo de grupos monopolistas. El ataque anticomunista del candidato republicano contra el demócrata no expresa sino demagogia populista, apelando al voto reaccionario y conservador, sin embargo siembra confusión al introducir la posición liberal del “mal menor”.

Durante la estancia de Obama en la Casa Blanca los monopolios han sido beneficiados de los rescates para evitar la bancarrota, atacando a los trabajadores, no sólo con la pauperización y el paro, sino con la utilización de fondos públicos en detrimento de las pensiones, las jubilaciones, la salud, los fondos sociales.

Los matices entre Obama y Romney no deben encasillar a los trabajadores norteamericanos en falsa disyuntiva del mal menor; La retórica de diferencias entre ambos viene al suelo con los hechos.

Obama, el nobel de la Paz, continúa la política de guerra en Medio Oriente, la intervención militar de las tropas imperialistas para reorganizar el saqueo que hacen los monopolios de los recursos naturales y la explotación del trabajo asalariado. Eslabonado con su predecesor Bush, en Iraq y Afganistán, ha llevado la agresión militar a Libia, Siria y ahora desestabiliza seriamente la paz mundial con los planes contra Irán. En América Latina, Honduras y Paraguay son signos del regreso del golpismo antidemocrático. Ha confirmado los lazos con el gobierno israelita en contra de los legítimos derechos del pueblo palestino. Continúa con el criminal bloqueo contra Cuba y la ilegal base militar de Guantanamo donde se cometen violaciones a los derechos humanos.

En la vida interior de los EEUU, la política de Obama en torno al tan publicitado Medicare en esencia abrió nuevos campos para la explotación comercial de la salud y de rentabilidad para los grupos monopólicos como ha demostrado la compra reciente de Amerigroup Corp. por WellPoint, mientras que los recortes disminuyen los servicios básicos para los sectores más pobres. El ataque constante al welfare y la postura en relación a los obreros migrantes son elementos que permiten asegurar que se trató de vanas promesas electorales para atraer al electorado liberal, al que lamentablemente se sumaron las fuerzas clasistas.

Debe denunciarse el hecho de que el poder de los monopolios estadounidenses, el Estado norteamericano, no admite espacios en su fachada democrática para representantes de los intereses de la clase trabajadora. Es muy negativo que no se exprese la posición autónoma e independiente de la clase trabajadora de los EEUU.

El carácter de clase de los dos partidos los obliga ante la crisis capitalista a preparar un programa de más agresiones contra la clase obrera, el pueblo norteamericano y los pueblos del mundo. Consideramos que se debe rechazar el falso dilema de evitar el triunfo de la “ultraderecha” apoyando al menos derechista. Gane quien gane, ganan los monopolios, y no hay que sembrar ilusiones entre la clase trabajadora de los EEUU. Al contrario, sabiendo de antemano el contenido del futuro gobierno debe prepararse una lucha contra todas las agresiones salvajes, una lucha contra los sacrificios que intentarán imponer los monopolios, una confrontación que deberá darse desde el primer minuto del nuevo gobierno. Tenemos gran confianza en el proletariado de los EE.UU., en la posibilidad de recuperar las gloriosas tradiciones del movimiento obrero y comunista, de John Reed, William Foster, Gus Hall y luchar por sus objetivos de emancipación y vida nueva, por el socialismo-comunismo.

¡Proletarios de todos los países, uníos!

Partidos:

Partido del Trabajo de Bélgica
Partido Comunista de Grecia
Partido Comunista Obrero de Hungría
Partido Socialista de Latvia
Partido Comunista de Luxemburgo
Partido Comunista de México
Partido Comunista Obrero de Rusia-Partido de los Comunistas Revolucionarios
Partido Comunista de los Pueblos de España
Partido Comunista de Turquía
Unión de Comunistas de Ucrania
Partido Comunista de Venezuela