Analizar la causa del fracaso del socialismo y sacar lecciones es indispensable para buscar el método correcto de la lucha por la restauración del socialismo y llevarla adelante.
El Dirigente Kim Jong Il, en su obra “Lecciones históricas de la construcción socialista y la línea general de nuestro Partido”, señaló:
“Sacar lecciones del actual estado, reconstituir el movimiento socialista sobre nuevos fundamentos e imprimir auge a la causa del socialismo, viene a ser hoy una tarea histórica imperiosa.”
Para sacar correctamente las lecciones históricas de la construcción socialista hay que conocer bien la causa del desmoronamiento del socialismo.
La causa fundamental radica en que no dedicaron los esfuerzos primordiales al fortalecimiento de su sujeto y a la elevación de su papel, por no comprender la esencia del socialismo centrado en las masas populares, artífices de la historia.
La socialista es una sociedad, cuyas dueñas son las masas populares, y que progresa en virtud de las fuerzas creadoras de éstas, cohesionadas y unidas como un solo hombre. Por eso, la vía principal para impulsar con éxito la construcción del socialismo, consiste en fortalecer el sujeto de la revolución y elevar su papel educando al pueblo de manera socialista y colectivista y aglutinándolo en torno al partido, mediante la transformación prioritaria de los seres humanos. Pero en algunos países socialistas, considerando que podían construir el socialismo, al impulsar solo la edificación económica, valiéndose del poder estatal y de los medios de producción, no prestaron primordial atención a la transformación de las personas, encaminada a elevar con rapidez su nivel de conciencia ideológica y prepararlas plenamente como sujeto de la revolución y la construcción.
En aquellos países debilitaron de manera sistemática el ejército, grueso de las fuerzas revolucionarias. En el pasado el ejército de un país socialista manifestó su invencibilidad en la lucha contra las fuerzas aliadas imperialistas. Pero los renegados del socialismo que ocuparon la dirección del partido y el Estado abandonaron la labor política e ideológica de los militares.
La Dirección Política General del ejército se convirtió en un organismo administrativo adjunto al presidente y se dedicaba solo a la organización de recreación de los militares y la información de noticias, sin dirigir las organizaciones del partido y la labor política en el ejército. Como consecuencia el ejército se debilitó sensiblemente y permaneció como mero espectador si bien el partido gubernamental y el Estado se disolvieron por culpa de los renegados.
Otra causa radica en que no vieron las diferencias cualitativas del socialismo y el capitalismo, y no mantuvieron los principios socialistas fundamentales. Defender los intereses de las masas populares y realizar sus exigencias por la independencia es un principio importante que mantener de modo constante en la revolución y la construcción. Para observar este principio es preciso fortalecer el partido de la clase obrera, asegurar con firmeza su dirección, elevar la función y el papel del poder socialista, defender y desarrollar las propiedades socialistas y luchar resueltamente contra el imperialismo. Los renegados infiltrados en la dirección del partido y el Estado socialistas debilitaron de modo sistemático el partido, negaron el papel rector de éste y la dirección unitaria del Estado socialista e introdujeron las relaciones de propiedad y métodos de administración económica capitalista. El “pluralismo” que ellos aceptaron, consiste en la “liberalización ideológica”, el “pluripartidismo político” y la “diversificación” de las propiedades, y es el modo de política de la sociedad capitalista basada en el individualismo y el liberalismo que engendran la pelea por la existencia. Poner coto a la dirección del partido y el Estado de la clase obrera sobre la economía y aniquilar la propiedad socialista redunda en restaurar el régimen capitalista.
El hundimiento del socialismo en algunos países se debió también a que no se fortaleció la solidaridad internacional, basada en la independencia en las relaciones de los partidos de los países socialistas. En los países que construían el socialismo existieron el “partido superior” y “partido inferior” y un partido, autodenominándose como “centro” del movimiento comunista internacional, había perpetrado actos de impartir tal o cual directiva a otros y presionar e intervenir en los asuntos internos de otros. Por consecuencia se debilitaron en sumo grado la unidad ideológica y las relaciones de colaboración camaraderil entre los países socialistas, y no pudieron hacer frente al imperialismo con sus fuerzas mancomunadas.
La experiencia histórica muestra que, cuando tienen la firme convicción en el socialismo y una correcta ideología rectora, refuerzan sin descanso el sujeto de la revolución, defienden el principio socialista en cualquier situación y fortalecen la unidad y la cooperación camaraderil sobre la base de la independencia, la causa del socialismo avanza por el camino de la victoria, pero, en el caso contrario, no puede evitar reveses y fracasos. Esta es una seria lección que la humanidad ha sacado en el camino del socialismo.
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